Alimentar de forma
incorrecta a nuestra ave, ya sea por no ofrecerle variedad de alimentos como
porque éstos sean pobres en nutrientes, puede provocar enfermedades que
veremos, sobre todo, reflejadas en su pico y en su plumaje; y que nos obligarán
a tomar medidas tales como acudir lo antes posible a nuestro veterinario de
exóticos. Para una alimentación balanceada dividiremos en 5 partes:
Pienso: El pienso para loros conforma el 50% de su dieta pero, a pesar de
su composición, no puede suponer el completo de la misma. Este tipo de
preparados cuentan con semillas y cereales fundamentalmente además de otros
nutrientes ricos en vitaminas y minerales.
Frutas: En cautividad, este alimento no debe superar el 20% del total de su
dieta. Fresa, sandía, manzana, melocotón o albaricoque son algunas de las
frutas que podemos contemplar para su alimentación de forma regular. Otras,
como el plátano o el melón, deben ser menos frecuentes no superando nunca las
tres ingestas a la semana.
Vegetales: Deben darse en el mismo porcentaje que las frutas, y siguen esa
misma pauta de alternarlas para evitar que se aburran. En esta categoría
podemos ofrecerles verduras de hoja verde, espinaca, acelgas, calabaza y
zanahorias.
Legumbres: Son los grandes desconocidos en lo que respecta a qué comen los
loros pero, curiosamente, les resultan bocados simplemente deliciosos.
Garbanzos, lentejas o alubias negras cocidos son ideales para ellos.
Otros: algunas otras alternativas son el arroz, el queso fresco, la pasta o
el huevo serán bocados que, ocasionalmente, podemos incluir en su dieta. Y
debemos considerarlos auténticas golosinas para ellos, y por su salud no
conviene abusar de ellos.